Desde que existe la heráldica y se adoptó por la Iglesia, se considera habitual encontrar armas, escudos, que han sido usados por obispos, cardenales, papas… Sin embargo, cuando se piensa en el denominado bajo clero, lo habitual es sorprenderse al saber que todos los niveles del clero católico están autorizados a poseer armas.Y que incluso los simples sacerdotes tienen ese derecho y no pocos son los ejemplos de estos bellos escudos que engloban el verdadero significado y sentimiento que todo sacerdote guarda en su alma.
Este escudo se compone pues de un conjunto de elementos con significados muy concretos, que aluden tanto al lugar de nacimiento del propio sacerdote, como a la fecha de ordenación del mismo. Se configura como un gran escudo carmelita en el que las tres estrellas del escudo pasan a ser el Cordero Pascual, Inmaculado Corazón de María y una estrella de 16 puntas. En el propio escudo también aparece el mar, el faro, el anagrama de María y el fondo azul aludiendo a la Inmaculada Concepción. Enmarca el mismo el tradicional capelo negro con una borla a cada lado.
Antequera, Noviembre 2018
Diseño Adrián Sarmiento
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